lunes, 30 de marzo de 2020

DESCUBRIR TU LADO "KINK"

El contraste al sexo "vainilla"

El BDSM es una tendencia que no cesa de ganar adeptos. Aunque se practica desde siempre, el fenómeno "Cincuenta Sombras" abrió las puertas a un importante número de consumidores deseosos de probar, ni que fuera sólo un poquito, las aguas más turbulentas. Pero la falta de información clara, la abrumadora cantidad de opciones y productos disponibles y una cierta aprensión a todo lo desconocido, pueden dificultar dar ese primer paso para entrar en el mundo de la perversión.


En este sentido, toman especial importancia la posibilidad de brindar cursillos e información sobre esta gama de productos y prácticas a las personas interesadas, para despejar los mitos que suscita el BDSM. A continuación, destaquemos algunos puntos que deberíamos saber:


El BDSM no es algo tan raro

Además, no es tan intimidante o severo como parece. Muchas actividades sexuales que los "vainilla" realizan pueden ser consideradas, por según quién, pervertidas. Anudar las manos de alguien con una corbata de manera acordada, ser dominante en la cama, usar disfraces y tirarse del pelo son todo aspectos del BDSM. Muchos de nosotros somos pervertidos sin siquiera darnos cuenta.


El acrónimo BDSM significa: bondage/disciplina, dominación/sumisión y sadomasoquismo. Estos términos representan la mayoría de actividades que hay bajo el paraguas de la sigla. Es raro encontrar un "kinkster" al que le gusten todos los aspectos que representa el acrónimo. Por ejemplo, aunque sólo te guste el bondage, ya eres considerado un practicante de BDSM. Aunque el dolor puede ser un aspecto de la "rareza", es posible que saques la perversión que llevas dentro sin necesidad de él.




El objetivo del BDSM es muy personal

Algunas personas lo disfrutan porque les gusta jugar con la dinámica de poder/sumisión. A otros les encantan las endorfinas que emanan del dolor. A veces, lo "kink" nos da el permiso que necesitamos para obviar las inhibiciones sexuales. Algunos creen que compartir nuevas experiencias sensuales permite profundizar en la intimidad con los compañeros. Piensa qué resultado deseas mediante la exploración de varias singularidades con los siguientes tipos de juego:


Privación sensorial

Para jugar con la sensualidad, la privación sensorial es un buen inicio. La premisa es simple: si eliminas uno o más de los cinco sentidos, los restantes se agudizan. Ponerse una máscara, por ejemplo, hace que las sensaciones táctiles y los sonidos parezcan más intensos. 




Jugar con las sensaciones

La privación sensorial y el juego con las sensaciones van juntos de la mano. Pasar una rueda de Wartenberg sobre la piel, juguetear con un cubito de hielo o acariciar con una pluma de marabú las partes sensibles de tu amante que lleva los ojos vendados hará que la sensibilidad sensorial de la "víctima" llegue a límites insospechados. Es un juego que puede ser muy tierno o estar cargado de adrenalina, dependiendo de las preferencias y el estilo de los participantes.

rueda wartenberg

Bondage

Algunos sumisos se sienten más cerca de sus amantes cuando renuncian a todo control, o intercambian los papeles.




















Usa sujeciones para atar a tu pareja y deja que se recueste y disfrute del momento. Puedes utilizar cuerdas de bondage o esposas para muñecas y tobillos.

Las hay muy cómodas, de distintos estilos, materiales y con diferentes tipos de cierre, incluso de velcro. Puedes emplear una cosa, la otra o unidas entre sí o a otros objetos para avanzar en el juego.


Juegos con dolor

El dolor en el terreno sexual puede ser, paradójicamente, muy placentero para algunas personas.



Azotar las nalgas con un látigo o una fusta hace aumentar el flujo sanguíneo hacia las zonas erógenas, lo que contribuye a la excitación.

Las pinzas de pezones ajustables se pueden usar en los pezones pero también en los labios, el clítoris o la piel del escroto para obtener un efecto similar. 
                                                                          




Tras algunos instantes de dolor, incluso leve, el cuerpo libera sustancias químicas que llevan a "sentirse bien", conocidas como endorfinas. De forma similar al efecto que producen en los corredores, las endorfinas nos hacen conseguir un estado de máxima euforia.

La combinación de esta euforia con la actividad sexual y la privación sensorial producirá momentos de máximo placer.






Para finalizar, es importante recordar que el BDSM es atractivo por muchas razones, pero con un punto en común: está concebido para el disfrute mutuo y consensuado de todos los participantes. 






















El BDSM no es algo que sólo las personas "alternativas" practiquen. Es más habitual de lo que se pueda creer y la mayoría de parejas, hasta cierto punto, ya lo practica aunque sea en su nivel más suave. Para hacerlo más excitante no es preciso comprar ropa fetichista o equipos costosos. Con algunos elementos simples, un poco de creatividad y muchas ganas, cualquiera puede explorar sus perversidades más ocultas.


Un beso, 

Kassandra
Los Secretos de Kassandra Sensual Boutique

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