sábado, 21 de julio de 2012

ROPA INTERIOR Qué suerte, su evolución...

Antes del siglo XIX, la ropa interior (en caso de utilizarse) era muy simple: una camisa holgada y algún tipo de calzones de tela. Como no se mostraban a nadie, apenas tenían importancia el estilo y las hechuras. Una notable excepción, durante aquellos periodos en que la cintura y el busto de la mujer fueron artificialmente ceñidos y modelados, fue el corsé, creado para conseguir ese efecto. 

Se calcula que fue alrededor de 1830 cuando la ropa interior cuando se registró un cambio importante en la ropa interior y en la actitud del público respecto a ella. Por primera vez, no llevar ropa interior empezó a considerarse muestra de suciedad o descuido. Los descubrimientos médicos sobre los gérmenes, apoyaron a un uso habitual de la ropa íntima, con un significado particular. 
Los médicos recomendaban evitar los “enfriamientos” del cuerpo, como si estos fueran una propagación tangible de los virus así que, entre la población, se difundió un temor casi patológico a exponer cualquier parte del cuerpo, excepto el rostro, a un aire que se juzgaba cargado de gérmenes. Así pues, el ambiente demandaba a voces la ropa interior. 

Por aquel entonces, la ropa interior era blanca, almidonada, a menudo áspera y confeccionada casi siempre a base de batista, franela o calicó. 

Aupada por la profesión médica (necesario decir que algunos de los médicos propagadores tenían negocios en la fabricación de este tejido), la lana empezó a introducirse en la confección de la ropa interior surgiendo una “cultura de la salud con el uso de la lana” y proclamando los beneficios que representaba el uso de lana áspera y porosa en contacto con la piel, puesto que permitía “respirar” al cuerpo. La ropa interior de lana, áspera y picante, invadió Europa y América en la misma década. 

Pero la lana nunca podía teñirse. Desde la década del 1860, la ropa íntima empezó a ser diseñada buscando en ella un atractivo y, en el año 1880, la seda se convirtió en la fibra predilecta para este fin. 

Así, la ropa interior fue siguiendo su evolución hasta nuestros días donde la lencería no sólo sigue siendo un prenda imprescindible en nuestra cotidianidad e higiene diaria. 

La lencería también son verdaderas prendas fetiches pensadas para gustarse a sí mismo y gustar a nuestra pareja. Para todos los gustos y estilos, en todo tipo de materiales, desde la seda hasta el vinilo. Diseños para hacer deporte, pensados para nuestra comodidad y salud o modelos creados para impactar y dejar boquiabierto a nuestro amante. Sus tejidos, sus encajes, sus accesorios nos harán sentir la mujer u hombre más sexy del mundo. 

De aquella época, afortunadamente, nos ha quedado de herencia los corsets reconvertidos en prendas tan maravillosas que algunos son verdaderamente joyas de la moda. Actualmente están viviendo un verdadero auge, con modelos para lucir tanto en la intimidad como prenda exterior de vestir. 

La lencería actual, incluso la lencería erótica, no entiende de tallas porque todos podemos ser y sentirnos sensuales y sus prendas están creadas para ensalzar todos nuestros encantos y seducir. 

Si os apetece, visitad nuestra web y nuestros seductores modelos. Seguro que encontráis el idóneo para vosotros. Os aseguro que ninguno de nuestros modelos, es de áspera lana... 

 Un beso, 

Kassandra
LSK Sensual Boutique

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