jueves, 10 de marzo de 2011

LA BÚSQUEDA DE LA BELLEZA DE VENUS

En cualquier tipo de operación estética, siempre nos encontraremos con detractores y defensores de éstas.
Hay quien considera que tales intervenciones provienen de un mero capricho pero también hay quien cree que, para algunas personas, son absolutamente necesarias. Si existe un problema que afecta a nuestra salud física, parece que son aceptadas por absoluta mayoría. O si es un defecto estético, como por ejemplo, unas pronunciadas "orejas de soplillo" (familiarmente hablando), también se considera normal pues la persona, psicológicamente, puede verse afectada gravemente. En este caso, la infancia incluso, sea la mejor etapa para solventarlo pues no olvidemos lo crueles que a veces pueden ser algunos niños.
Pero... ¿y esa parte de nuestro cuerpo que nos hace sentirnos mal, inseguros o inferiores no tiene un defecto en sí? Simplemente, no nos gusta...
Eso es lo que sucede con las operaciones de pecho, las de glúteos o las liposucciones, por ejemplo. Se busca una mejora estética de nuestro cuerpo, una perfección que nos haga sentir mejor con nosotras mismas o.. nosotrOs porque, el culto al cuerpo y al bisturí, cada vez está más extendido entre los hombres también.
Ese tipo de operaciones se consideran bastante normales ya. Es difícil no conocer a alguien que no se haya sometido a alguna de estas intervenciones.
Pero, hoy lo que quiero destacar, es que en los últimos años, la búsqueda de esa perfección estética se ha extendido a partes de nuestro cuerpo mucho , más íntimas, como nuestros genitales. Hablo de "estética vaginal".
¿Qué es lo que ha llevado, cada vez a más mujeres, a sentirse "incómodas" con su vagina?
Las modas, con su bombardeo constante, van marcado los cánones de lo que se considera un cuerpo 10. A épocas, cuerpos más voluptuosos y llenos de curvas. Otras veces cuerpos extremadamente delgados en los que podrá quedar muy bien la ropa pero que van en contra de una constitución saludable (nuestros cuerpos deben ser cuerpos y no perchas. Por favor, no lo olvidemos).
Pero esos cuerpos los vemos exteriormente. No vemos vaginas en las pasarelas. ¿Entonces...? ¿A qué es debido este "in crescendo" de las operaciones estéticas vaginales?
Reducir unos labios menores demasiado protuberantes, blanquear la zona vaginal o anal, liposuccionar el monte de Venus, eliminar arrugas vaginales... Existen multitud de intervenciones posibles con el único fin de embellecer nuestra zona más íntima.
Los labios  y la vulva se reducen o agrandan, según se desee, extrayendo tejido o tomándolo prestado de otra parte de nuestro cuerpo. 
Las cremas despigmentantes y peelings con ácido glicólico son las claves para blanquear nuestra intimidad.
Este tipo de operaciones parecían exclusivas de personas cuya profesión giraba entorno al mundo del sexo. Ahora ya no. Hasta ahora, la publicidad y la moda nos mostraban "el cuerpo perfecto" .
Ahora que (afortunadamente, por otra parte), el mundo de la sexualidad y el erotismo se vive de un modo más natural, las modas y los cánones de belleza también nos han sido introducidas en nuestras partes más íntimas, a través del cine o la prensa porno. Este género cada vez tiene más público femenino que, además de disfrutar de las sensaciones que provoca su consumo, también permite compararse con la actriz o modelo. Y claro, al igual que muchos hombres que se creen que la actriz no está actuando y que piden que su mujer sea así de ardiente todos los días del año, también las mujeres nos creemos que esas diosas del sexo son así de naturales y que no hay maquillaje genital ni trucos de iluminación, ni ningún efecto que potencie su belleza.


Me pregunto yo... Si en la actualidad, es bastante usual que alguien acuda a una clínica de estética, pidiendo los labios de Angelina Jolie o los glúteos de Jennifer López o la nariz de no sé quién... ¿También dentro de poco acudiremos a la consulta con la foto de la vagina de "tal actriz porno"?
Otras intervenciones son verdaderamente importantes como reconstruir el suelo pélvico para frenar la incontinencia pero también las hay tan engañosas como reconstruir el himen y volver a sentirse, o mejor dicho, hacer creer en una virginidad.

No pretendo mostrarme en contra de la cirugía estética. Al contrario, creo que es beneficiosa en caso de que una parte de nuestro cuerpo, nos impida sentirnos a gusto con nosotras mismas y relacionarnos abiertamente con los demás.
Sólo deseo hacer una reflexión e invitaros a hacerla conmigo, sobre donde  está el límite. La barrera de la búsqueda de una perfección que no existe porque todo siempre será cuestión de gustos.
Y la búsqueda de nuestra felicidad. Porque un cuerpo atractivo nos proporcionará bienestar y seguridad pero nuestra felicidad no puede depender únicamente de nuestra belleza. Dependerá de nuestra autoestima, de nuestra fuerza como personas y como mujeres. De nuestra seguridad, de la certeza de que somos únicas, con nuestro defectos y nuestras virtudes.
Y si decidimos operarnos, deberá ser una decisión personal y no influenciada por terceras personas porque para eso nuestro cuerpo es nuestro. Lo importante es que si tomamos esa decisión, sea sin frivolidades, valorando los pros y los contras de entrar en un quirófano.
Y  cuando salgamos de éste, con una vagina de adolescente o de medidas perfectas (lo siento. No sé cuales deben ser...), no olvidemos que sólo ha sido un cambio estético porque, gracias a Dios, nuestra personalidad no reside en nuestra vulva sino en nuestra mente y en nuestro corazón.

Un beso,

Kassandra
LSK Sensual Boutique

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